miércoles, 22 de agosto de 2012

TIJUANA: MARCHA 1RO DE SEPTIEMBRE 3:00PM

Asamblea General de Movimientos Antiimposicion Tijuana

Marcha Contrainforme
Sabado 1 de septiembre
3:00pm
Glorieta Cuauhtemoc

#YOSOY132, FC3, MHR, FPR, COLECTIVO DIOGENES, MORENAJE, UJRM, UNIDOS POR MEXICO, DEFENSA DEL PARQUE BENITO JUAREZ


El “modelo” Tijuana


Fuente: http://www.proceso.com.mx/?p=317763

MÉXICO, D.F. (Proceso).- Tijuana es hoy considerada por las autoridades, y presumida por el presidente Calderón, como un “modelo de seguridad”, ya que en los últimos tres años la violencia provocada por el crimen organizado ha descendido dramáticamente, si observamos la cifra histórica de muertos en 2008 (844 personas) y la disminución de los años siguientes: 2009, 664 muertos; 2010, 817; 2011, 470, y en lo que va de este año, hasta las primeras semanas del mes de julio, 190 muertos.

A cinco años de la guerra contra el narco. 9 de octubre de 2009. Un colgado en Tijuana. Foto: AP
Hay dos explicaciones oficiales para este “modelo de seguridad”. Según las autoridades estadunidenses, la violencia disminuyó porque la organización criminal que hoy controla casi toda la actividad del narcotráfico en Tijuana, el cártel de Sinaloa, no tiene depredadores enfrente, lo que le ha permitido un control sin problemas del territorio y una utilización de la violencia mínima. Para las autoridades mexicanas, la violencia decreció gracias al trabajo de los militares y policías en la detención de delincuentes y decomisos de drogas. Nosotros no compartimos estas opiniones.


En la parte moderna de la ciudad, vecina de las áreas más tradicionales, residencia de la clase política y financiera –donde están localizados los centros comerciales más importantes, cines, la zona gastronómica y el monumental centro cultural–, la violencia escandalosa provocada por el crimen organizado desapareció; pero la historia no es la misma para el resto de la ciudad, principalmente en el este, hacia donde se extiende la mancha urbana, residencia de la clase popular y trabajadora, donde también aparecen desarrollos urbanos que, como fortalezas, bardeados y con seguridad, se ven rodeados de decenas de colonias pobres. En esas colonias, donde vive la mayoría de los casi 2 millones de tijuanenses, la violencia no ha desaparecido. Los muertos, en promedio de uno diario, ya no son personas asesinadas en formas aberrantes: decapitados, desmembrados, incinerados, sino abatidos a balazos, y sólo en casos excepcionales de otra manera.

Hay un sentido de clase social diferenciado en las zonas donde disminuyó la violencia y en aquellas donde continúa desarrollándose. Si bien los tijuanenses ya no hemos sido testigos de las formas brutales de ejecuciones que mencioné y que por años fueron comunes, tampoco la clase media y alta es ya el blanco del secuestro, lo cual provocó en la década de los 90 y el nuevo milenio que más de 2 mil familias cruzaran la frontera a las ciudades vecinas de Estados Unidos, donde casualmente algunos encontraron que sus vecinos, en colonias residenciales de lujo, eran también familias de narcotraficantes mexicanos y, en ocasiones, los mismos narcotraficantes. No sabemos cuántas, pero un número importante de esas familias han regresado a Tijuana.

Lo que ha sucedido es un acuerdo de conveniencia entre los nuevos actores del crimen organizado. Por casi dos décadas Tijuana estuvo bajo el monopolio y control del cártel de los hermanos Arellano; sin embargo, el arresto y la muerte de sus líderes históricos provocaron una disminución de su capacidad como organización –ahora liderada por una segunda generación, uno de los sobrinos de los Arellano– y de su poder operativo, producto de un desgaste de 20 años de vida, por lo que sus integrantes se vieron obligados a compartir el territorio con su enemigo histórico, el cártel de Sinaloa. Éste, sin hacer mucho ruido, lentamente fue asentándose en Baja California desde los primeros años del nuevo milenio, primero en la capital del estado, Mexicali, y finalmente en Tijuana, la joya de la corona para el cártel de los Arellano.

Los Arellano pudieron haber elegido enfrentarse violentamente con el cártel de Sinaloa, como lo hicieron en el pasado en otras partes del país, pero esta nueva generación de delincuentes optó por un enfoque empresarial y de negociación, considerando la violencia como recurso último, con el fin de compartir Tijuana para que el negocio de las drogas continúe siendo exitoso.

En Tijuana, de los últimos 20 años, el de 2008 ha sido el más violento (844 muertos), debido a que un grupo de delincuentes, liderados por El Teo y su pandilla –quienes trabajaron para el cártel de Los Arellano hasta que tuvieron dificultades–, se asociaron con el cártel de Sinaloa y provocaron una violencia fuera de control, terminando por volverse incómodos para todos, incluso para el cártel de Sinaloa, ya que el negocio de las drogas empezaba a implicar serios problemas de operación, atrajeron la atención de autoridades estadunidenses y Tijuana fue objeto de una enorme atención mediática. Así que finalmente fueron arrestados algunos de sus líderes y muertos otros, creando las condiciones y espacios para que los nuevos actores llegaran a acuerdos de conveniencia para pacificar la ciudad.

En este “modelo de seguridad” se conjugaron dos factores: el rol de los militares y policías en su lucha contra la delincuencia, con intentos por depurar a las policías estatales y municipales, y el factor de mayor peso, un acuerdo entre los delincuentes para reducir la violencia a su mínima expresión. Es importante mencionar también que un sector de la sociedad ha tenido un rol importante al dar una respuesta consciente o inconsciente a la violencia, pues mientras ésta se incrementaba, paralelamente crecían las actividades culturales, con un boom de poetas, escritores, músicos, pintores, galerías, conferencias, etcétera.

A diferencia de lo que ocurre en otras ciudades del país, en Tijuana el crimen organizado no controla el negocio del tráfico de personas, disminuido desde años atrás, y tampoco la prostitución, aunque ha incursionado en el secuestro de jóvenes para la trata de personas y cobra derecho de piso a varios bares, pero no controla en general la prostitución. Sus integrantes controlan la venta de las drogas en las calles, cobran impuestos a empresarios y practican secuestros con pequeños empresarios que generalmente son desconocidos, sin contactos con la élite política, social o financiera, de modo que no impactan a la sociedad porque sus casos son públicamente desconocidos. Los muertos diarios hoy son personajes irrelevantes en la estructura de la delincuencia, pues de acuerdo con la autoridad el 80% de ellos fueron personas vinculadas a la venta de la droga en las calles de la otra Tijuana, no de la parte moderna de la ciudad.

Cuando la autoridad presenta la reducción de la violencia en Tijuana como un “modelo de seguridad”, explica sólo una parte del fenómeno al describir la intervención de fuerzas federales, la depuración de policías locales, la renovación de ministerios públicos, la implementación del nuevo sistema de justicia penal, así como los limitados programas sociales en colonias marginadas, la escasa inversión en infraestructura y algunas actividades culturales; pero no revela cómo se estableció el cártel de Sinaloa, si por años sólo hubo uno, el de los Arellano, y cómo ambos se relacionan; tampoco, cómo es que La Familia Michoacana tiene también presencia, aunque no control del negocio de las drogas, ya que paga derecho de piso para el cruce de metanfetaminas a Estados Unidos. El “modelo de seguridad” oficial no explica las nuevas relaciones de poder a partir de los acuerdos entre los cárteles y su articulación con autoridades y sectores políticos y financieros, pues de unos necesitan protección y de otros información privilegiada y actividades de lavado de dinero.

Este “modelo de seguridad” ha funcionado con éxito. En los últimos tres años, la Tijuana moderna se ha vuelto más tranquila. Sin embargo, en el mercado hay abundancia de drogas. El 85% de los adictos consume metanfetaminas, cuyo precio se ha mantenido inalterable desde antes del 2008; el número de adictos a las drogas crece, de acuerdo con los centros de rehabilitación privados, aunque la autoridad afirma que disminuye; la policía y los militares continúan decomisando drogas, pero sus decomisos no impactan el mercado ni provocan escasez ni aumento de precios; el arresto ocasional de personajes de poca monta del crimen organizado no altera para nada sus actividades, ya que se trata de operadores callejeros, no de los delincuentes de cuello blanco, vinculados a los sectores políticos y financieros, a quienes hasta ahora, como sucede en la “guerra contra las drogas”, el gobierno no se atreve a tocar.

Estamos frente a un “modelo de seguridad” con una nueva generación de delincuentes que tienen una visión empresarial del crimen organizado y capacidad para llegar a acuerdos entre ellos, incluyendo los relativos a la disminución de la violencia a su mínima expresión, además de relaciones de convivencia con los poderes público, político y financiero. Se trata en suma de un modelo que pudiera estarse reproduciendo en otras partes del país, pues con él todos salen ganando: la sociedad, porque ve disminuida la violencia; y el crimen organizado y las autoridades, políticos y empresarios corruptos, porque ven incrementadas sus ganancias. l

*Víctor Clark Alfaro es profesor en San Diego State University (SDSU) y director del Centro Binacional de Derechos Humanos (Tijuana).

TIJUANA: Celebra Colef 30 aniversario

Fuente: http://www.frontera.info/EdicionEnLinea/Notas/Noticias/22082012/616354.aspx


TIJUANA, Baja California(PH)
Las investigaciones realizadas por el Colegio de la Frontera, en sus diferentes ámbitos pero sobre todo en materia de migración, han contribuido a la creación de políticas públicas en esta materia, apuntaron los invitados que asistieron a la ceremonia por el 30 aniversario del Colef.

El evento formal, realizado este miércoles 22 de agosto en las instalaciones de San Antonio del Mar contó con la presencia del Secretario de Educación Federal, José Ángel Córdova; el gobernador José Guadalupe Osuna Millán y el alcalde de Tijuana Carlos Bustamante.




Esta mañana se reunieron Tonatiuh Guillén López, director del Colegio de la Frontera Norte (Colef); José Guadalupe Osuna Millán, gobernador del Estado; José Ángel Córdova, secretario de Educación, así como Carlos Bustamante alcalde de Tijuana, en el marco del 30 aniversario del Colef. Foto: Jesús Bustamante“Hemos sido objetivos, con lealtad y genuino interés por el bien superior de la sociedad, hemos sido críticos algunas veces de procesos sociales y de dinámicas que no avanzan en la dirección constructiva, pero ante todo hemos sido orgullosos con nuestras disciplinas científicas, hemos sido rigurosos con nuestros principios, firmes ante el hallazgo, creativos ante el análisis objetivo” afirmó Tonatiuh Guillén actual presidente del Colef.

Tonatiuh Guillén reconoció que en la constitución del Colef confluyó el esfuerzo de la SEP, Conacyt, Colegio de México, UABC y el Gobierno del Estado de Baja California y dijo que ahora el reto es constituirse como centro internacional de estudio de las fronteras por lo que ahora se abre campo al estudio de otras fronteras en el mundo.

Raúl Plascencia Villanueva, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) reconoció la suma de esfuerzos del personal investigador y adelantó que se celebró un convenio entre el Colef y la CNDH para realizar un monitoreo del Fenómeno migratorio nacional e internacional.

“Mi gratitud como presidente municipal y como tijuanense por las investigaciones que el Colegio de la Frontera Norte ha realizado en nuestra ciudad; ya que junto a su fundador, el doctor Jorge Bustamante Fernández y un grupo de colaboradores, hicieron posible la creación de la institución líder en la generación de estudios y propuestas de investigación en México”, apuntó Carlos Bustamante Anchondo, alcalde de Tijuana.

José Enrique Villa Rivera, director general del Conacyt dependencia de la cual se desprende el Colef aseguró que la institución tijuanense ha sido pionera en la descentralización de la investigación científica en México que por muchos años solo se celebraba en la capital de la república.

Entre los invitados especiales que dieron palabras de felicitación también se encontró a Javier Garciadiego, presidente del Colegio de México; Felipe Cuamea, rector de la UABC y Julián Ventura, subsecretario para América Latina de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.

Comunicado a TODA la RESISTENCIA del SME y el Pueblo en General – Marcha Domingo 26 de Agosto




 

Comunicado a TODA la RESISTENCIA del SME y el Pueblo en General

Compañer@s.

El Sindicato Mexicano de Electricistas, dentro del marco de los Acuerdos de nuestra Asamblea General de luchar en contra de la imposición de Enrique Peña Nieto, se adhiere a la Convocatoria Ciudadana de marchar el próximo domingo 26 de Agosto en contra del fraude electoral y la imposición con la consigna ¡¡ESTA VEZ NO PASARÁN!!

Esta movilización ciudadana partirá del Ángel dela Independencia al Zócalo de la Ciudad de México, a las 12:00 Horas.



¡Todos estamos convocados!

¡Que nadie falte!

¡¡Que nadie se rinda!!

“Somos Prole, Somos Patria, No Nos rendimos…RESISTIMOS”



FRATERNALMENTE

México D. F. 22 de agosto del 2012

“Por el Derecho y la Justicia del Trabajador”



José Humberto Montes de Oca Luna

Secretario del Exterior

Sindicato Mexicano de Electricistas

Israel exporta su guerra a América Latina

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2012/08/22/politica/017a1pol?partner=rss


José Steinsleger/ II
La creciente injerencia de Israel en América Latina sintoniza con el fortalecimiento de los gobiernos populares en el sur del continente, el rotundo no al Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (cumbre de presidentes de Mar del Plata, Argentina, 2005), y la consolidación de Brasil como potencia soberana y mundial.


Brasil es una potencia mundial y soberana, en tanto otras no lo son. Israel, por ejemplo, es una potencia. Sin embargo, y más allá de su política interior, depende, opera y funciona al compás de la agenda belicista de Estados Unidos. ¿Es posible que no siempre haya sido así? Puede ser. Pero una golondrina no hace verano.

Washington y Tel Aviv coinciden en atacar al Diablo que, como es sabido, vive entre Venezuela y Teherán, y en las sucursales que el infierno abrió en Bolivia, Ecuador y Nicaragua. ¡Tengan cuidado con Irán!, dicen los sionistas a los países que osan fortalecer sus relaciones diplomáticas y comerciales con el país asiático. Y el Comando Sur del ejército estadunidense, feliz de contar con un argumento más para instalar sus bases militares.

Cuando en la cumbre árabe-sudamericana de Brasilia (mayo 2005), el presidente de Argelia, Abedelaziz Buteflika, defendió el derecho de los palestinos de tener a Jerusalén por capital y que Israel se retire de los territorios ocupados, la embajadora sionista Tzipora Rimon y el Centro Simon Wiesenthal denunciaron que en su declaración se había omitido la condena explícita al terrorismo suicida. Teniéndoles sin cuidado que Celso Amorim (canciller de Lula) había condenado todas las formas de terrorismo.

Un año después, el telefonista Andrés Oppenheimer entrevistó a Sergio Widder, director para América Latina del Centro Simon Wiesenthal, quien se declaró sorprendido por la alianza entre grupos radicales de izquierda y grupos islámicos radicales en el gobierno de Néstor Kirchner (sic).

“Su causa común –añadió– ya no es la demanda de la creación de un Estado palestino, sino la adopción de la agenda iraní, que exige la aniquilación de Israel.” La cizaña de Oppenheimer aportó lo suyo: Una de las cosas que más me sorprendió en recientes visitas que hice a Argentina y a otras naciones latinoamericanas es el creciente sentimiento antisraelí (sic), y la tácita tolerancia con el terrorismo de la milicia de Hezbolá en varias partes de la región (sic, Reforma, 14/8/06).

El falaz y maniqueo discurso sionista cuenta con poderosos ideólogos y exégetas. En Estados Unidos figuran el Comité de Asuntos Públicos (Aipac, por sus siglas en inglés), creado por republicanos y demócratas a finales del decenio de 1950; el tenebroso Comité del Peligro Presente (CPD, por sus siglas en inglés, nacido en 1950 y reactivado en 1976 para combatir al terrorismo y las ideologías que lo promueven) y el Washington Institute for Near East Policy (Winep).


Tales entidades nutren y pautan las directrices de un par de institutos que en Israel dirige el experto Ely Karmon: el Internacional para la Lucha contra el Terrorismo (ICT), y el Político y Estratégico del Centro Interdisciplinario (IDC). Y de ambos surge la llamada diplomacia pública, que a modo de soft power rige la propaganda del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel: la hasbará.

La hasbará es un término hebreo que quiere decir explicación o esclarecimiento. Que en contante y sonante no es más que propaganda y contrapropaganda. Un ejemplo de hasbará podemos apreciarlo en los pueriles conjuros que el remitente SER acostumbra a insertar al pie de artículos como el que usted lee ahora en la página web de La Jornada. Y, faltaba más, en los del colega y amigo Alfredo Jalife-Rahme.

Durante una gira por varios países, Karmon declaró a una revista colombiana: Hezbolá (NR, partido político libanés) usa indígenas para penetrar en América Latina. Y a continuación acusó a las instituciones islámicas chiítas de América Latina, cuyo propósito sería el de fortalecer la influencia de Irán en suelo americano (Cambio, Bogotá, 29/4/09).

El proverbial terrorismo mediático de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) amplificó las declaraciones de Karmon. No obstante, la sólida y acreditada revista Veintitrés de Buenos Aires (dirigida por la periodista pro israelí Romina Manguel) sostuvo exactamente lo contrario: que las instituciones sionistas serían las que reclutan indígenas para la causa israelí (Veintitrés Internacional, Buenos Aires, mayo 2009).

Dato que no parece descabellado al revisar un artículo exhumado por Husain Ali Molina (Boletín Islam y Al-Andalus, núm. 89, agosto 2009). El texto, firmado por Grez Myre y publicado por la agencia de noticias Associated Press (9/7/02), da cuenta de la política de reclutamiento empleada por el gobierno israelí entre los indígenas de América Latina.

Escribe Myre: “Atraídos desde todos los rincones del globo, nuevos conversos al judaísmo están ayudando en la ocupación ilegal. Se trata de peruanos que fueron formalmente convertidos al judaísmo por rabinos israelitas en noviembre pasado, para ser cualificados para la residencia bajo las leyes del Estado judío…”. O sea, carne de cañón para asesinar palestinos.